Oxon Hill (EE.UU.), 4 mar (EFE).- El expresidente de Estados Unidos Donald Trump (2017-2021) confirmó este sábado la fractura del Partido Republicano en el discurso con el que clausuró la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), en el que lanzó varios dardos contra compañeros de la formación política.
Hasta ahora la CPAC había sido considerada el mayor encuentro anual de los conservadores en EE.UU., pero este año ha quedado reducida a un foro trumpista con ausencias de figuras de peso republicanas y esto quedó patente en las palabras de Trump.
Afirmó que su formación estaba dominada, antes de que él llegara a la Casa Blanca, por “un grupo de frikis, neoconservadores, globalistas fanáticos de las fronteras abiertas y tontos…”.
“Nunca volveremos a ser el partido de Paul Ryan, Karl Rove y Jeb Bush”, en referencia a antiguos dirigentes de los republicanos conocidos por su moderación (Ryan fue presidente de la Cámara Baja, Rove fue asesor del expresidente George W. Bush y Jeb Bush fue gobernador de Florida).
En otro momento, criticó a “las dinastías políticas arraigadas en ambos partidos” y se dirigió al jefe de los republicanos en la Cámara Alta, Mitch McConnell.
“Mitch McConnell está escuchando” se burló el exmandatario.
Más adelante, lamentó que los demócratas estén unidos, lo que, a su juicio, ha evitado que el presidente del país, Joe Biden, o su hijo Hunter hayan tenido que rendir cuentas por supuestos delitos de corrupción que Trump aseguró que han cometido sin aportar ninguna prueba.
“Los demócratas permanecen unidos, no tienen un Mitt Romney, no tienen valores “, se quejó en referencia al excandidato presidencial republicano y senador por Utah que se ha desmarcado en numerosas ocasiones del trumpismo.
Trump no logró llenar el auditorio de la CPAC, que este año ha estado bastante deslucida, con una sala principal más que medio vacía en la mayoría de las ponencias.
Entre el público del discurso del exgobernante estadounidense estaban el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro y su hijo Eduardo Bolsonaro, diputado federal, que habían intervenido antes que Trump.
De hecho al inicio de su alocución, Trump saludó a Bolsonaro y a su “amigo” Eduardo.
La mayor parte de los asistentes eran convencidos de la causa trumpista, le rieron las bromas al líder republicano y le interrumpieron en varias ocasiones con sus gritos y ovaciones.
Por lo demás, Trump pasó por algunos de sus temas favoritos: arremetió contra la Justicia por las numerosas investigaciones abiertas contra él; denunció la desinformación atacando las “noticias falsas”, como suele aludir a los medios de comunicación tradicionales, aunque él suele adornar sus discursos de falsedades; y criticó cómo se llevó a cabo la retirada de Afganistán.
También sacó pecho de su relación con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el chino, Xi Jinping. En ese sentido, fanfarroneó con que Rusia no tomó ningún país durante su mandato porque él se llevaba “muy bien con Putin”.
A lo largo de su mandato, Trump mostró más afinidad con líderes como Putin, Bolsonaro o el norcoreano, Kim Jong-Un, con quien llegó a tener un intercambio epistolar, que con aliados tradicionales de su país como la Unión Europea o Canadá.
De esta manera, con un discurso de una hora y 45 minutos, el expresidente clausuró la CPAC, que se ha desarrollado entre el miércoles y este sábado en el Centro de Convenciones del National Harbor, en las afueras de Washington.
Las ausencias y las acusaciones de abuso sexual de su organizador, Matt Schlapp, aliado de Trump, han deslucido la edición de este año, donde se han echado en falta figuras republicanas como los líderes del partido en el Congreso, Kevin McCarthy y Mitch McConnell; o políticos “presidenciables”, como el exvicepresidente Mike Pence y el gobernador de Florida, Ron DeSantis
Trump anunció en noviembre que va a presentarse a la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2024 y en sus palabras de este sábado hizo numerosas alusiones a su hipotética vuelta al poder, aunque antes tendrá que convencer a los militantes de su partido, más allá de sus seguidores acérrimos.
El exmandatario se ganó los aplausos de los suyos asegurando que si regresa al poder atajará la inflación y adoptará medidas contra los tratamientos de afirmación de género, una de las causas en las que están empeñados los republicanos de varios estados, en un guiño a los cristianos evangelistas.
Conocedora de su base, la CPAC, de hecho, cerrará sus puertas este sábado con una misa tras el discurso de Trump.