La decisión ya había sido asomada por funcionarios de la administración de Donald Trump.
Ocho organizaciones criminales han sido clasificadas como “terroristas” por parte del Gobierno de EE.UU., en línea con la política del presidente Donald Trump de arreciar su ofensiva contra grupos delictivos.
Se trata del Tren de Aragua, el Clan del Golfo, la Mara Salvatrucha (MS-13),
el Cartel de Sinaloa, el Cartel de Jalisco Nueva Generación, los Carteles Unidos, el Cartel del Noreste, el Cartel del Golfo y La Nueva Familia Michoacana.
La medida fue aplicada por el Departamento de Estado, en atención a la orden ejecutiva firmada por Trump el pasado 20 de enero y que busca mayor presión contra estos grupos criminales. El argumento de Washington es que son una “amenaza” para su seguridad nacional.
En principio, la controvertida medida permitiría la imposición de sanciones unilaterales a personas o entidades supuestamente relacionadas con esos cárteles. Sin embargo, el mayor temor para los gobiernos latinoamericanos es que esa designación dé pie a que EE.UU. decida ejercer operaciones en sus territorios.
“Ley de Enemigos Extranjeros”
Inmediatamente después de que Trump asumió el poder, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que informó que comenzaría el proceso para designar a los cárteles, así como al Tren de Aragua, como organizaciones terroristas extranjeras y “utilizará la Ley de Enemigos Extranjeros para eliminarlos”.
En esa oportunidad, desde Venezuela, el Ministerio Público también publicó un comunicado para detallar cómo las autoridades de ese país desmantelaron al Tren de Aragua en su territorio. “En total hay 48 detenidos y juzgados por su participación en dicha agrupación delincuencial, además de varios de sus miembros fallecidos en enfrentamientos con los cuerpos de seguridad”, precisó la Fiscalía.
Sin embargo, la entidad reconoció que algunos de los integrantes de esta banda huyeron a territorio colombiano y estadounidense, por lo que manifestó la disposición de Caracas para “retomar la cooperación penal con el gobierno de los EE.UU. para lograr la extradición de cualquier integrante venezolano de los grupos delictivos trasnacionales que cometen crímenes a lo largo del continente”.
El miércoles de la semana pasada, el ministro del Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, confirmó que en el primer grupo de repatriados desde EE.UU. a su país, en vuelos realizados esta semana, no viajaron miembros del Tren de Aragua.
El papel de El Salvador
En esta reciente designación, El Salvador podría jugar un papel relevante. Durante la visita del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, a ese país para reunirse con el mandatario, Nayib Bukele, ambos países alcanzaron un acuerdo para albergar en las cárceles de la nación centroamericana a “peligrosos criminales estadounidenses”, lo que también incluye a los grupos delincuenciales MS-13 y Tren de Aragua.
Al respecto, Bukele afirmó que su país aceptará a esos delincuentes a cambio de un pago. “Hemos ofrecido a los EE.UU. la oportunidad de subcontratar parte de su sistema penitenciario. Estamos dispuestos a admitir únicamente a criminales convictos (incluidos ciudadanos estadounidenses convictos) en nuestra mega prisión (CECOT) a cambio de una tarifa. La tarifa sería relativamente baja para EE.UU., pero significativa para nosotros y haría sostenible todo nuestro sistema penitenciario”, manifestó entonces.