El grupo insurgente abrió la interrogante de cómo mantener a sus combatientes mientras duran las negociaciones.
El dilema de cómo se financiará el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha generado posturas encontradas entre los participantes en los diálogos de paz, que han puesto sobre la mesa sus condiciones para avanzar en el proceso.
El jefe negociador del Gobierno, Otty Patiño, dijo durante una actividad en Cali (Valle del Cauca) que el tema de la financiación, sobre el que ya se refirió la semana pasada el presidente Gustavo Petro, “no es algo que se ha planteado en la mesa” ni “algo que se esté gestionando”.
La semana pasada Petro habló sobre los rumores de un “fondo internacional multidonante”, cuyo objetivo sería evaluar la entrega de beneficios económicos a los miembros de esa guerrilla, y dijo que una iniciativa de ese tipo debía ser acordada por ambas partes.
Desde Berlín, donde estuvo de visita oficial, manifestó que un fondo de esas características “no es una construcción de los acuerdos” y que más bien “es una posibilidad hacia adelante”, cuando se llegue al punto final y posterior conocido como “reinserción o inclusión”.
“Es inadmisible”
En unas cortas declaraciones que fueron difundidas por la prensa, Patiño dijo que no hay posibilidad de que el Gobierno mantenga al ELN. “Es inadmisible es el Estado sostenga un grupo armado insurgente”, agregó.
Esta aclaratoria la hizo para salirle el paso a las informaciones publicadas por algunos medios, entre ellos el opositor Semana, sobre un supuesto “subsidio” del Gobierno al grupo insurgente.
El exfundador de la extinta guerrilla M-19 descartó la posibilidad de que la financiación estatal llegue a “un grupo que ha secuestrado, que está secuestrando y que tiene bienes en su poder”.
“La línea roja es que no se puede financiar a un grupo en armas. No se puede hacer esa financiación si no significa un desescalamiento de la acción armada, si no se incrementa el cese fuego, si no se escala más allá de la cesación de operaciones ofensivas”, dijo Patiño a El Espectador.
En declaraciones a periodistas, recogidas en video, el jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, expresó que ese grupo seguirá “cobrando impuestos [extorsiones] en la regiones” para financiarse y haciendo “retenciones”, como denominan a los secuestros, si son necesarias.
Patiño aseveró que Beltrán hizo esas afirmaciones porque “lo cogieron fuera de base” y “no supo contestar”.
¿Cómo pudiera ser la financiación?
Sobre cómo podría financiarse el ELN mientras no se firma la paz, el jefe de la delegación de Gobierno aseguró que ese tema se relaciona con la “gradualidad” y recordó que las Naciones Unidas, el Grupo de Países Acompañantes y de Apoyo (GPAC) corren con los gastos de los gestores de paz y sus equipos.
Asimismo, los movimientos y manutención de la delegación del ELN a los países sedes de las mesas de diálogo se financian con apoyo internacional.
Patiño también planteó la posibilidad de que si el ELN ayuda a hacer una transición en las poblaciones que les permita pasar de economías ilegales a las legales, “la comunidad internacional y el propio Gobierno pueden financiar a quien participe, sin armas, en esos procesos”.
El primer comandante del ELN, Antonio García, escribió una serie de trinos donde expresó que la “gran interrogante” es saber cómo ese grupo guerrillero podrá continuar sosteniendo a sus combatientes.
“¿Estará obligado el ELN a seguir haciendo lo mismo para conseguirlas o habrá otra manera? Hacerlo menos traumático y propositivo, es nuestro propósito, que gane Colombia”, expresó.
García le manifestó a Patiño que “el tiempo es una variable que puede alargarse o acortarse, dependiendo de quien controle el reloj”. En esa línea, agregó: “Pero para la paz, más que tiempo se requieren condiciones”.
Con esta frase, el comandante guerrillero le contestó al jefe negociador, que ratificó la afirmación de Petro sobre el posible final de las negociaciones en 2025.
García expresó que el mandatario había interpretado de manera equivocada uno de los puntos de los pactos establecidos en Cuba la semana pasada con el Gobierno, ya que se confundió al afirmar que el conflicto armado terminaría en dos años.